El hotel estĂĄ bien ubicado, cerca de un supermercado y varios restaurantes para todos los gustos. No es econĂłmico, pero para los costos de hoteles en Seattle, sĂ lo es. La habitaciĂłn donde me hospedĂ© tenĂa unas calcomanĂas viejas pegadas en la pared, y la persiana estaba completamente enredada; lo bueno es que pude repararla. Los muros estĂĄn un poco maltratados, pero no se nota mucho, debido a que la habitaciĂłn es sombrĂa, negra, y con poca iluminaciĂłn. Los muebles viejos, pero limpios. El cĂłdigo para entrar no me llegĂł automĂĄticamente: tuve que llamar a Chris. Eso sĂ: el lavabo muy limpio, y los baños compartidos funcionando a la perfecciĂłn. La habitaciĂłn tenĂa un refrigerador, pero para evitar conectarlo y generar calor, preferĂ usar el de la cocina. Los otros huĂ©spedes fueron todos muy amables. No hay televisiĂłn, pero el internet funciona perfectamente. En general, mi experiencia fue buena, pues descansĂ© y nada molestĂł mi sueño.