De los mejores hostales en los que me he quedado, por lejos. Pese a que es un hostel, hay privacidad en la habitación, enchufes personales, puertos USB-A, sector espacioso en baños y duchas y condiciones claras. Los únicos problemas son que el desayuno (opcional) es muy caro (aunque hay muy buenas cafeterías y bares cerca, además de un Mercadona), piden datos de tarjetas para pagar las tasas municipales y está a 10 minutos caminando de la estación del Metro más cercana.