El personal un poco malhumorado, como la mayoría de los romanos ;), pero siempre intentaron solucionar los inconvenientes. La habitación espaciosa con frigobar, y buen lugar para guardado de ropa y equipaje. El baño muy bueno y grande. El desayuno bueno pero el lugar pequeño y cortaban media hora antes de lo que indica el horario. La zona para caminar, tomar tranvía y bus, a pasos de Termini, con muchos restaurantes, nos resultó inmejorable.