En primer lugar, fue casi imposible contactar con el albergue: hay un telĂ©fono en Internet y en esta app, pero nunca cogen. Hay que escribir un whatsapp, y las respuestas son muy tardĂas.
El servicio ha sido un desastre: Roberto nos dejó las llaves escondidas, lo cual nos vino bien, pero después ni apareció por el albergue. De hecho, no hicimos ni check-in ni check-out. El servicio (limpieza, cocina, desayunos, cenas, etc.) totalmente inexistentes.
La zona comĂșn simplemente cuenta con un microondas (muy sucio), una neverita (llena de comida caducada de otros clientes de hace siglos), una tostadora (sin limpiar), un hervidor de agua. No tenĂamos acceso a una cocina ni podĂamos pedir que nos preparasen nada (ya que no habĂa cocina ni personal).
De hecho, solo coincidimos el primer dĂa con otro cliente. No hubo ninguna otra persona en el albergue (ni el gerente, ni servicio de limpieza, ni cocineros, etc.). Nadie.
HabĂa ratones en la zona comĂșn, telarañas en las esquinas, polvo en todas partes (tanto zona comĂșn como habitaciones) y moho negro en los techos de los baños. Y mal olor en la zona comĂșn, como de falta de limpieza.
El gerente (Roberto) ni nos preguntĂł a ver quĂ© tal habĂa ido. Pasotismo total.
A parte de todo esto, la ubicaciĂłn en Broto es excelente. Si quieres ir a un lugar en el que solo te alojes, no estĂĄ mal. Pero no esperes nada mĂĄs.